En el cuatrocientos setenta y seis d. C., el Imperio Romano está conminado por los salvajes. En la víspera de la liturgia de coronación que transformará al joven de 12 años Romulus Augustus en emperador, su padre Orestes (Ian Glen) se niega a admitir las solicitudes del general salvaje Odoacer (Peter Mullan) protector de la ciudad de Roma. Orestes, preocupado por la seguridad de su hijo, nombra a Aurelius (Colin Firth) su guarda personal. Esa noche, Aurelius y sus legionarios se encaran al peligro: Odoacer y su ejército salvaje traicionan a Roma y toman la urbe. Con la ayuda de los valientes hombres de Aurelius, el joven César escapa de la urbe y llega a Inglaterra para solicitar ayuda a la última legión fiel al emperador.